Luna doblando la esquina.
Luna que juega en su tina.
Luna bonita, fea desgraciada y bella.
Luna maldita que en la mentira se esconde.
Luna diabólica que inunda nuestros ojos.
El dulce se prueba con los ojos
Las sales se bañan en harina.
Luna, luna, lunita:
¿Qué voy a hacer siendo tan desgraciado?
¿Qué hará una roca siendo tan profundamente muerte?
¿Qué haremos los mortales sin tiempo ni presencia?
¿Qué hará la rima que no rima?
Las tardes de lluvia refrescan nuestros recuerdos,
hoy es una de esas tardes,
hoy es día de intensas purgas.
El arrepentimiento me mata.
El rencor me consuela para matarla algún día.
La vida poco a poco me desespera.
Odio recordar cuando todo recuerda:
La lluvia, la tierra mojada, el sol escondido,
la tarde solitaria, la calle más gris que nunca.
¿Quién dijo que la Luna era de plata?
Tampoco es de queso, porque es amarga.
¿Quién dijo que se toma a cucharadas?
¡Qué amarga es la luna cuando sonríe!
Más amarga cuando en su vientre lleva frutos.
Más amarga cuando en su vientre lleva almas.
¿Quién dijo que la muerte era mujer?
La muerte es un patán que se sale con la suya
La muerte le lleva las almas a la Luna
y de nada sirven las velas, ni las oraciones,
sólo nos brotan lágrimas saladas,
sólo se secan las moléculas de sangre.
El patán lleva las almas a la Luna.
La luna queda preñada.
Y es feliz cuando estamos tristes.
Y se burla cuando huele nuestras lágrimas.
Negro, un intenso negro,
El blanco opaco que ilumina lo negro,
y no es capaz de iluminarnos todo,
no es capaz de opacar estrellas.
Siento que la voz no me sale
y que un agua salada brota de mis ojos.
No es tristeza, es coraje.
Sí es tristeza, es temor.
Es frío, es calor.
¿Por qué es tan bella cuando más lloro?
¿Por qué es tan linda cuando más triste estoy?
Sólo me queda abrazar el frío de la noche.
Sólo me queda recordar bajo el agua que me moja sobre mis lágrimas.
No entiendo la razón porque la muerte mata, porque EL muerte mata.
Y la vida de mi vida ha muerto, se ha hecho verde, se ha hecho nada.
La luna lunita ríe
y la muerte maldita, mata.
Luna, luna, lunita desgraciada
¿Quién te ha pedido que nacieras para guardar vidas?
¿Por qué te has desposado con el que roba almas?
En mis sienes se posan espinas;
en mis uñas... comidas.
En sus luces se esconden las niñas
porque las persigue, porque las mata.
Porque mata a las rimas, a las rimas verdes,
a las rojas, a las blancas, a las todas,
todas alas y todas vuelan.
El cielo es una risa de mujer, no importa que sea azul,
no importa que sea mujer, no importa que sea Dios,
pues se alaba a los vampiros y se desprecia a los mendigos
y la luna sube los mares, y el patán ahoga a los barcos.
La espuma del mar no hace pompas, la del jabón nos divierte.
La espuma del mar es salada, y nos deja ciegos.
Y a veces vuelvo a la vida, y de vez en cuando me olvido de recuerdos.
No basta vivir de melancolía, maldiciendo lo maldito, desperdiciando nuestras lágrimas.
¿Para qué le damos más agua al mar? Tal vez se desborde.
No importa lo que Dios piensa, pues sus recuerdos no son más que el presente.
No importa el odio que tengas, sólo odia con todas tus fuerzas.
El amor ya no existe como sentimiento.
Los sentimientos ya no existen como acciones.
Mira el azul del cielo,
bébete el gris de la calle.
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