Friday, November 7, 2014

Profundamente triste por los jóvenes de Ayotzinapa

¿En qué película de horror se captura a 43 jóvenes para matarlos... sólo por matarlos?

¿En qué película de espanto se aniquila la esperanza. Sólo por aniquilarla?

¿En qué cuento cruel, gris, obscuro, turbio, desolador, tomas a 43 personas llenas de ilusiones, a 43 inocentes y simplemente, te deshaces de ellos? ¿Para qué? Para mantener tu poder, para continuar con tu delincuencia, para incrementar tu riqueza o simplemente, por puntada.

No. No se necesita echar a volar la imaginación para pensar en un acto como estos. No se necesita. Basta que le eches un ojo a la historia. Y no, no me refiero a la historia antigua como cuando Herodes mandó matar a todos los niños menores de tres años porque en su reino no podían existir dos reyes o cuando Nerón incendió Roma.

No necesitas escuchar las terribles historias de Atila, ni de César o Alejandro Magno o Napoleón quienes sólo querían alimentar su imperio. Ni siquiera debes remontarte a la historia de hace 70 años ni recordar los campos de concentración Nazi o las dos detonaciones sobre Hiroshima y Nagasaki.

Basta que le eches un vistazo a la historia reciente. Eso basta.

¿En qué país puede caber una barbaridad como la de los jóvenes de Ayotzinapa? En el mismo país en donde se suma la crueldad. Donde existe un "pozolero", donde miles de personas se vuelven ricas envenenando con estupefacientes a otras... Donde otras miles están dispuestas a envenenarse a sí mismas con drogas. En un país donde año con año hay miles de muertos a manos del crimen organizado. Donde el secuestro es un modus vivendi, donde se engendran los "Mocha Orejas" y los "Mocha Dedos". Donde no se pagan impuestos, donde 20 personas pueden cerrar una carretera, donde los maestros invierten más tiempo en "sus luchas" que en las aulas, simplemente, porque nunca estamos conformes con nada. En el mismo país donde nadie lee, donde no hay una sola pared sin grafitis y donde todo nos da igual: Nos dan igual los niños que están en la calle y las personas que duermen en la calle. Nos da igual que en la colonia haya una vinatería donde también sabemos que se vende droga. En ese país donde los medios de comunicación ofrecen basura.

No me canso de decirlo: Maldecimos los efectos pero alimentamos las causas. Y no, no todo es culpa del gobierno.

¿Sabes en qué país es probable que pase lo de Ayotzinapa? En el mismo en el que, en vez de enseñar templanza, mesura y autocontrol, se enseña a los jóvenes que, si quieren sexo, tengan sexo, al fin y al cabo se les regalan condones... Y si no tuvieron condones... NO IMPORTA, las madres pueden ir a matar a sus propios hijos dentro de sus vientres.

¿En donde pasan este tipo de crueldades? En el mismo país donde las películas más taquilleras y las series más vistas, son aquéllas que exhaltan las hazañas de los gángsters, de los delincuentes. En el mismo país donde existen periódicos cuyas portadas muestran descabezados, mientras que en las contraportadas aparecen mujeres sin ropa.

¿Cómo esperamos que nuestros jóvenes estén protegidos? En México no hay nadie a salvo. Nadie protegido. Ni los jóvenes, ni los adultos, ni los bebés en el vientre de sus madres.

¿En qué historia de terror puede pasar lo de Ayotzinapa? En esta. En esta que vivimos. En esta que no queremos cambiar.

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