Wednesday, April 17, 2019

¿Qué tienen que ver Jeff Bezos y la Catedral de Notre Dame?



Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín.
Eva en el libro del Génesis 


No hay forma de pecar sin ser humillado. Ahí la tragedia. Si el pecado fuera bueno no humillaría, tarde o temprano, a quien lo comete. El pecado humilla a todos, incluso al hombre más rico del planeta, al más poderoso o al deportista más querido. Y ahí tienen a Zague, Donald Trump y hasta a Jeff Bezos, humillados como consecuencia del pecado.

Te pongo en contexto.

En el mundial de Rusia, Zague, un comentarista deportivo: casado, de buena familia y hombre de fe, fue puesto al descubierto por enviar un video pornográfico a su amante. Resultado: Publicación del video y divorcio de su esposa.

No muchos lo recuerdan, pero Donald Trump estuvo casado con Ivana durante 20 años. Fue descubierto con su amante y, lo que parecía un fruto delicioso, terminó con humillación pública y dos divorcios sonados: Cuando se divorció de su mujer y luego de su amante Marla.

Y, más recientemente, el hombre más rico del mundo y dueño de Amazon, Jeff Bezos, anunció hace unos meses su divorcio pacífico por Twitter. No podía esperarse menos de un hombre brillante y talentoso, diestro en las artes sociales. Un hombre con tal cerebro, sólo podría planear un divorcio pacífico y de común acuerdo. Al menos así lo publicó en la red social:

"Como saben nuestra familia y amigos más cercanos, tras un periodo de amorosa exploración sobre nuestra relación y una separación, hemos decidido divorciarnos y seguir nuestra vida como amigos. Nos sentimos increíblemente afortunados de habernos encontrado el uno al otro y profundamente agradecidos por cada uno de los años que hemos estado casados… Si hubiéramos sabido que después de 25 años nos divorciaríamos, nos volveríamos a casar".

Bonitas palabras para encubrir lo que en realidad pasaba: Jeff tenía un amorío con la amiga de ambos. Cualquier persona incrédula y poco diestra en reconocer los bajos trucos del que mi abuela llamaría: “el chandengue”, podría pensar que el pecado no existe. ¡Es el siglo XXI! Podemos casarnos y descasarnos de forma pacífica. Pero si analizas más a fondo, todo se vuelve peor. A los pocos días del anuncio, el National Enquirer publicó conversaciones íntimas de Bezos con su amante, Lauren Sanchez, dejándolos humillados, devastados y dándole la bienvenida a lo que sé que no será una relación muy duradera.

Y el motivo de este artículo no es, ni será nunca, juzgar a los 3 personajes (a quienes admiro desde hace años). Como dice un sacerdote al que sigo: “Se juzga el pecado, no al pecador”. Finalmente, ellos 3 son víctimas de la peor tragedia del hombre: el pecado.

Por eso, cuando alguien me dice que Adán y Eva no existieron, dentro de mí, surge una risita no burlona, ni sarcástica, ni hiriente, sino compasiva y amorosa. ¿No existieron? Me pregunto. Y me respondo: No existieron: EXISTEN.

Y es que la historia se repite. Todos los días. Todos los días, la serpiente viene a ti hombre o mujer y te ofrece una manzana. Esa manzana madura, roja, dulce. Esa manzana suculenta y hermosa. Esa manzana que te hará libre, feliz y pleno. Esa manzana que, finalmente, nadie sabrá que probaste. Esa manzana multiforme y placentera. ¿De qué viene disfrazada el día de hoy tu manzana? ¿De esa mentirita que te hará ver como más inteligente, más noble o más sensato? ¿De esa aventurilla con tu compañero del trabajo que también está casado? ¿O de la copita de más? ¿O de tomar eso que no es tuyo pero “ah qué bien te ayudaría”? Tal vez viene disfrazada de esa píldora anticonceptiva, o de la primera inhalación de cocaína, o de ese aborto que ayudará a no interrumpir tus planes, o del “amor” que sabes que no puede ser.

No pasa nada, dirás. ¡Soy libre! Gritarás. ¡Dios me hizo así! ¡Es un regalo de Dios! O simplemente: Dios no existe, ni el diablo, ni el pecado ¡inventos de las abuelas! Pero en la noche, el enemigo del hombre, se encarga de arrastrarte, de ponerte contra el polvo, de pisotearte porque… caíste, así como Eva. Así como Adán.

Y ya ves que Dios es claro. Sólo te pide que no comas de un árbol… Puedes ser astronauta o filósofo. Empresario, banquero o barrendero. Puedes viajar a Europa, romper un récord olímpico, escribir un libro o hacer un videoblog. Ser veterinario, relojero o futbolista; pintor, escultor o arquitecto. Ingeniera, científica, enfermera o presidente. Puedes ser el hombre más rico del mundo o el más pobre. Puedes ser cura o monja, enfermero o doctora. Puedes beber café, Coca Cola o agua. Andar en limousine, en camión, en bicicleta o en patín del diablo… Si lo haces bien, hasta puedes andar en helicóptero. Puedes ir de vacaciones a la playa o al bosque, incluso hasta el desierto.

Nada de eso humilla. Por el contrario, todo ello es increíble. Pero… Escucha este consejo. Si no quieres ser humillado, sólo te pido un favor: Conoce los frutos del árbol prohibido que Moisés escribió en las tablas de la ley y evita comerlos.

¿Y qué tiene que ver la catedral de Notre Dame?

Nuestros críticos creen que pensamos que el origen de todos los males es el diablo. No es así. El diablo no prendió llamas a la catedral de Notre Dame. El verdadero mal al hombre no viene adornado con llamas y fuegos artificiales. El diablo es mucho más sutil y astuto en su comportamiento. Sinceramente, en estos tiempos de turbulencia en la Iglesia, doy gracias a Dios del incendio en la catedral. ¡Qué manera más hermosa tiene Dios de que el mundo, voltee a ver a Cristo en esta semana Santa! Porque los que poco sabemos, sabemos que todo pasará ¡hasta las catedrales más hermosas del mundo! Cielo y tierra pasarán, Notre Dame y Colonia pasarán… Pero sus palabras (las de Cristo) no pasarán.





Friday, April 12, 2019

¿Qué tiene que ver la ópera con los agujeros negros?


En mi casa no se escuchaba ópera. Nunca. Crecí como muchos de ustedes con la música de Flans y Timbiriche. Karina, la cantante venezolana, era mi novia secreta. Y debo reconocer que de niño, odiaba la ópera. Toda me parecía igual. Las clases de violín no sirvieron para que, en ese entonces, yo la apreciara.

De hecho, comencé a apreciar la ópera a los veintiviejo. Mi mamá me enseñó un video de la nieta de Pavarotti cantando Caruso. No al estilo operístico, sino con un estilo más pop. Entonces leí un poco acerca de la ópera. Leí una reseña en donde hacían referencia a un periodista que concluía que las cuerdas de Pavarotti habían sido besadas por Dios. Esa sola descripción fue bastante prometedora como para hacer un poco de investigación. Entonces escuché por primera vez a Pavarotti cantar Caruso (Cuando hablo de Caruso, no me refiero al tenor, sino a la canción compuesta en su honor). E intenté escuchar muchas versiones de Caruso por otros cantantes. ¿De verdad había una diferencia entre los otros y Pavarotti? Escuché a muchos: Desde Plácido Domingo hasta Andrea Boccelli. Después de algunas semanas de escuchar Caruso, llegué a la misma conclusión que había visto en aquel artículo que leí: Las cuerdas vocales de Pavarotti, habían sido besadas por Dios.

¿Cómo pudo mi cerebro hacer un salto de la incompetencia auditiva (mi oído no podía hacer diferencia clara entre un tenor y otro -de hecho, ni siquiera podía diferenciar entre un tenor, un barítono o un bajo-) al enamoramiento ipso facto del tenor más grande de todos los tiempos? Es sencillo. Adquirí consciencia a través de alguien que lo explicó: Pavarotti tenía una voz gloriosa de timbre brillante, fraseo extraordinario de dicción clara y una técnica sólida. Y después, con mucha pasión, estuve intentando ver las diferencias. Escuché la música conscientemente.
A partir de este evento en mi vida, decidí jamás volver a hacer mofa de alguna obra abstracta o del error inevitable de un futbolista con el balón. ¿Por qué? Básicamente porque me considero incompetente para analizar y evaluar el 99.9999% de las actividades humanas… ¿Por qué? Por ignorancia, básicamente.

Y es que eso es lo que pasa. Cuentan de un amigo que, en un restaurante, una vez regresó un plato de espagueti porque no estaba al dente. Hasta que otro amigo en común me lo platicó, en ese entonces yo no sabía qué era que una pasta estuviera al dente. Entonces, hice una investigación similar a la que hice con Pavarotti y después de varios meses, decidí que, en efecto: La mejor forma de comer una pasta es al dente.

Sabores, imágenes, sentidos estéticos, proezas deportivas, espacios arquitectónicos, sonidos, gustos musicales, obras de la cinematografía, fotografías, esculturas, arte y hasta lo que enseño yo (dirección de proyectos), no pueden ser apreciados a través de la oscuridad de la ignorancia. El experto en un tema tiene un tercer ojo que le ayuda a ver la complejidad de una cosa: Caminar es fácil hasta que un médico describe el funcionamiento o un ingeniero intenta imitar el mecanismo de la caminata con un robot; patear un balón parece tonto, hasta que uno intenta analizar un partido de fútbol o, mejor aún, intenta jugar un partido de fútbol y se da cuenta de que no es tan fácil ganar un juego; un embrión es un conjunto de células, hasta que uno tiene un hijo y entiende que no hay regalo más grande que esa vida que empieza desde la concepción.

De ahí mi risa maliciosa cada vez que, por ejemplo, un político se compromete a algo que entiendo que es difícil (desde terminar con la delincuencia, hasta aumentar el empleo o construir un aeropuerto en tiempo récord). Es fácil señalar a “todos los que lo hicieron mal”. Es fácil señalarlos, básicamente, porque se ignoran los verdaderos esfuerzos, porque se ignora el conocimiento.

Pero bueno, cada quién está en el derecho de decir lo que quiera y de comprometerse a lo que quiera. El problema es mantenerse en la ignorancia. Es más sensato decir: este tema se sale de mis competencias a decir: “esto es feo”, “esto es fácil”, “ellos no saben”, “son unos fifís”, “son unos mochos”, “son unos tecnócratas”. Si no se comprende, es mejor intentar comprenderlo antes de rechazarlo y si termina por no comprenderse, es mejor reconocer la ignorancia y dejar que otro se encargue.

El conocimiento y la consciencia hacen una vida más rica, más atenta, más asombrosa por ser asombrados. Decidí escribir este artículo porque ayer leí que mi amigo Dankmar hablaba de la capacidad de asombro. En redes sociales, mucha gente se burló de la imagen del primer agujero negro visto por el hombre.

A pesar de ser ingeniero y de tener una amiga que podría explicarme Ana Torres, aún no comprendo el mecanismo a través del cuál se generó la imagen. No comprendo cómo es que pudo generarse una imagen sincronizando 8 telescopios. Lo único que entiendo es que pasaron más de 100 años desde la descripción de los agujeros negros hasta la captura de la imagen de uno de ellos y eso suena a complicado.

Pero… ¿Por qué la gente se burla? Básicamente, por la misma razón por la que yo no entendía la ópera, por la que un presidente piensa que es buena idea cancelar un aeropuerto o por la que a una persona sin estudios de sommelier le da lo mismo un vino que otro: Porque no sabe.
De ahí la importancia de la educación. Es que la educación debe ayudarnos a tener gente más consciente. Gente consciente de sus actos y dichos. Gente consciente del esfuerzo que requiere un avance. Gente consciente de que las cosas no son fáciles pero que pueden lograrse. Gente consciente de que las decisiones humanas tienen consecuencias morales que siempre van de la mano de la destrucción del propio ser humano.

Estoy en el camino correcto. Por eso estoy tan apasionado trabajando para la educación en México. Mientras haya gente que no entienda los comportamientos humanos respecto a la economía, mientras haya gente que no sepa las bases para dirigir un proyecto y piense que el proyecto falla porque los que lo hacen son tontos, mientras haya gente que no entienda el daño que se hace a sí mismo por cometer actos inmorales y, mientras haya gente que no le gusta la ópera porque el Reggaetón le parece más interesante… Hay mucho que hacer en la educación.

Y ahí está que sí.  La ópera tiene que ver con los agujeros negros.

Sunday, July 15, 2018

¿Vale la pena tener hijos?


Venimos regresando. Salimos a caminar con Liev. Estuvimos en la calle por más de 4 horas. No, no llevábamos coche (no tenemos). Una experiencia bastante maravillosa, esto de caminar con tu cachorro atado al rebozo. Sí. Como las indias. No necesitamos una carriola de $30,000 MXN, ni una camioneta de $500,000. Ni gasolina. Sólo un rebozo de menos de $300, una técnica magistral aprendida por Svetlana para amarrar al crío y ganas, muchas ganas de caminar.

Sí. Caminar por la calle. Por las avenidas solitarias. Solitarias porque no sé a quién se le ocurrió que el automóvil era más seguro. Entonces, las calles están vacías. Pero cuando te bajas y caminas, sientes libertad. 45 minutos para llegar al centro de Coyoacán. Otros 45 para regresar.

El otro día leía el post de un amigo (al menos amigo del pasado y aunque cada día tenemos menos en común, sigo teniendo grandes recuerdos de su amistad) leía con tristeza:

I've always found it very confusing when people in apocalyptic/zombie/virus/alien invasion movies or TV shows decide to have babies.
Then I look at all my social feeds and the continuous societal pressure to have kids and wonder if nobody else reads the news and interprets it as anything less than apocalyptic.

Lo que en español significa:
Siempre he encontrado muy confuso cuando la gente en películas o programas de TV de  invasiones apocalíptica/zombie/virus/alien, decide tener bebés.
Luego miro todas las notificaciones de mis redes sociales y la presión social continua de tener niños y me pregunto si alguien más lee las noticias y las interpreta como menos apocalípticas.

Entonces, me pregunté si en verdad vale la pena tener hijos.

Claro que por mi fe, la respuesta es inmediata. ¡Vale la pena tener hijos! ¡Claro! Y caminar con ellos por las calles solitarias. Esas calles que se vuelven repletas cuando caminas de la mano con la mujer que amas. No necesitas a nadie más, cuando alguna vez leíste, escuchaste y cantaste ese salmo que te dice: "El señor es mi pastor, nada me falta. Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú vas conmigo".

Entiendo que no todos tienen fe. Y eso ¿es triste? No sé si sea triste. Incluso a los que tenemos esa fe, se nos dice que la fe es un don, un regalo que no escogimos. Para mí, es el don más maravilloso. Porque probablemente sin esa fe, no habría tenido esta tarde memorable.

Pero me gustaría responder en otro sentido. Aunque no tengamos fe ¿vale la pena tener hijos? Pienso que sí. Lo voy a escribir en un sentido pragmático.

El mundo siempre ha sido un lugar agreste, difícil de habitar. ¡Qué digo el mundo! ¡El universo! Vivir en este universo siempre ha sido un reto. Desde la primera célula. ¿Vivir? ¿Usé la palabra vivir? Perdón, tuve que remitirme a una palabra más antigua. Existir. Existir sí que ha sido extraño. Todo lo que existe. Lo que vemos y lo que no vemos. Lo que ni siquiera hemos imaginado. La sola existencia es una singularidad lógica (ilógica) tan asombrosa que por eso los filósofos le dedican volúmenes completos, sin llegar a explicarla. Y después de esa singularidad, de esa disrupción de la lógica, surge otra disrupción tan asombrosa como la existencia. La vida. ¡Nunca fue más probable que la vida se exitinguiera, que después de existir la primera célula! Sin embargo, persistió. Y si hablamos de disrupciones lógicas, no hablemos de cuando se desarrolló la conciencia humana. Si es imposible entender la existencia y cuesta trabajo cómo un conjunto de elementos muertos, de pronto tuvieron vida, creo que el más grande misterio de la humanidad es la conciencia. ¿Cómo de la nada (o de un conjunto de átomos híper condensados y la ley de la gravitación, de pronto, surgió la conciencia?

Y de este conjunto de sucesiones fortuitas (o pensadas), estamos aquí. Sí. Estamos aquí. Siendo conscientes del desastre. Tal parece que el mundo se va a terminar. Tal parece que el dinero no va a alcanzar. Tal parece que todos vamos a morir. Parece que todos vamos a sufrir. Y por eso ¿no vale la pena tener hijos?

Entonces surgen cuestionamientos. Claro. En ningún momento quiero presionar a nadie para tener hijos. Actualmente, en las sociedades urbanas, esto de tener niños es una decisión personal. Digo actualmente y en las sociedades urbanas, porque no puedo decir lo mismo de la gente que vive en ambientes rurales o que vivió hace 100 años. Pero hoy sí. Hoy tener hijos es una decisión y no me siento con la capacidad de juzgar los miedos de nadie, ni las decisiones de nadie. El único objetivo de este post es desaparecer el miedo. Si tienes miedo de tener hijos y no tienes fe, tal vez esto te ayude a vencer el miedo.

Primero. Tus hijos van a morir.

Sí. En efecto. Tus hijos van a morir. No importa lo que hagas. No importa si tienes fe o si no la tienes. Da igual si tienes dinero o si eres pobre. Si atendiste a tu esposa en el mejor hospital o si a duras penas pudieron ir al doctor y el bebé nació en casa o en un elevador. Tus hijos van a morir. Y pueden morir desde chiquitos, porque no oxigenaron bien, o en un accidente en la escuela. Pueden llegar a la adolescencia y matarse en una moto o por una invasión de cáncer o pueden llegar a ancianos y morir rodeados de sus hijos y nietos (o solos como perros). ¡Ah! y se me olvidaba. También pueden morir cuando la tierra arda por el calentamiento global, o cuando se termine el oxígeno por la quema de hidrocarburos y la cría indiscriminada de vaquitas y cochinitos que se comen los carnívoros. Podrían morir ahogados por el cataclismo que se generará cuando se quemen los polos. Pueden morir en la tercera guerra mundial o acribillados por el cártel de (algún lugar en México) o muerto(a) por un asesino en serie que mató y violó a 214 adolescentes. El caso es que van a morir no importa lo que hagas. De hecho es más probable que mueran por las primeras causas que por las últimas. Pero, si damos por descontado que tus hijos van a morir (así como tú también vas a morir y aún así tus padres te concibieron), ¿no crees que a pesar de la muerte,vale la pena vivir?

Segundo. Tus hijos van a sufrir.

No sé cómo, ni cuando. Pero tus hijos van a sufrir. Es más, pueden sufrir desde el vientre de su madre. Al menos en el caso de Liev, se la pasó una gestación de 30 semanas rodeado de los ácidos biliares de su madre (el líquido amneótico al nacer, era verde en vez de transparente). Sufrió 2 meses enteros en el hospital (sueros, oxígeno, catéter al corazón, sonda al estómago). Ahora sufre con su reflujo (dolor y fiesta cada vez que come). O tal vez te toque un niño menos prematuro que el mío. No importa. Tu hijo va a sufrir. Se va a caer, se va a raspar, se va a enfermar. Algo de lo que digas le va a afectar. Alguien en la escuela lo va a molestar. Un día va a reprobar. Al otro, un profesor no lo va a contemplar. Algún chico o chica no lo va a pelar. Lo van a cortar y le romperán el corazón. Un día lo van a robar o tal vez lo van a asaltar. También lo van a rechazar de un trabajo o lo van a despedir de otro. O lo que es peor, ¡tendrá que trabajar! y ¡pagar impuestos! Quizá tenga hijos y también le toquen enfermos como el mío y quizá hasta se le mueran estando chiquitos, como los 3 niños que se le murieron a mi bizabuela de difteria pero que, a pesar de ello, se animó a tener otros dos y gracias a esa valentía, ahora Liev está aquí. No importa lo que hagas para protegerlos, tus hijos van a sufrir. Van a sufrir por todo eso o también porque lo recluten para la tercera guerra mundial y termine siendo carne de cañón para la invasión a Norcorea o para la reconquista de Afganistán. Va a sufrir por una guerra por el agua, o por una hambruna originada por la extinción masiva de especies. El caso es que tus hijos van a sufrir, así como tú has sufrido. Mi pregunta es ¿no crees que a pesar del sufrimiento, vale la pena vivir?

Tercero. El mundo se va a acabar.

Sin importar lo que hagamos los seres humanos, el mundo se va a terminar. Y de hecho, no importa cuál sea el escenario, siempre será catástrofe. Podremos morir todos los seres vivos por un invierno nuclear. Podría pegar otro meteorito como el que extinguió a los dinosaurios. También podrían descongelarse los polos e inundar el 80% de los continentes o dar salida a las bacterias que habitaron la tierra hace 65 millones de años y generar una pandemia de dimensiones descomunales que acabe con el 100% de la población. Y si no sucediera nada de ello, les tengo una noticia peor: El hidrógeno del sol se está terminando y dentro de algunos miles de años, el sol se convertirá en una gigante roja y sobrecalentará la tierra antes de desaparecerla. Del mismo modo, no importa lo que hagamos los seres humanos, el mundo se va a terminar.

Lo voy a poner mucho más sencillo que eso. Incluso el universo podría terminar de una peor manera. Como escribía al principio, la sola existencia de las cosas (los filósofos ontológicos podrían nombrarlo un poco más bonito, el solo "ser", de los entes), podría terminar de forma abrupta. Así como de pronto existimos, y el universo se formó, también podríamos dejar de existir. Ni siquiera la existencia la tenemos asegurada.

Pero lo voy a decir fuerte y claro. Aunque el universo pasara por otra de estas grandes disrupciones de la lógica (la existencia, la vida, la consciencia), y de pronto todo dejara de existir, atravesando el más crudo de los sufrimientos, yo no cambiaría por nada esta larga caminata que di hoy con mi familia, ni la primera vez que oí el llanto de Liev, ni la primera vez que tomó mi mano con ese reflejo de flexión palmar que nos hace sentir a los papás tan orgullosos. No cambiaría por nada del mundo ver el piececito del tamaño de mi falange cuando pesaba 1,200 g, ni la alegría que sentí cuando salió del hospital o cuando le quitamos el oxígeno suplementario. Aunque sé que va a morir, sería genial que él creciera y tuviera sus primeros logros. Sus primeros fracasos. Espero ver su cara cuando le lleguen los reyes magos y cuando por fin descubra quiénes son en realidad. Será genial cuando le guste una niña y no le haga caso y cuando por fin pueda dar su primer beso. Será hermoso cuando se caiga y se fracture la pierna y cuando sienta esa zozobra indescriptible que se siente cuando eliminen a su equipo del mundial (y lo peor es que él tendrá dos equipos) o, quién sabe, con un poco de suerte ¡sentirá la gran alegría de irle a un equipo Campeón! ¿En verdad el futuro incierto debería privarlo de una boda o de tener un hijo que lo tome también del pulgar? No lo creo.

Y, en el peor de los casos, a pesar de las pocas probabilidades que tiene la humanidad de perpetuar su andar en el universo; a pesar de que no tengo ni idea de cómo podrían solucionarse los principales problemas de la humanidad; a pesar de que no sé si el mundo va a dejar de existir pronto o si alguna vez el hombre encontrará el elixir de la juventud para nunca más morir, ni sufrir, sí tengo dos grandes esperanzas que pienso enseñarle a mi hijo. Primero, si hay una inteligencia capaz de resolver muchos de los problemas que enfrenta la vida, es justamente la inteligencia humana. Ni la inteligencia de las cucarachas, ni la de los delfines, ni la de los elefantes, ni la de las bacterias, podrán diseñar un plan como el que, dado el caso, los seres humanos podríamos trazar para vencer, para revertir los daños y para tener una vida de dicha y de paz. Y, en el peor de los casos, ¿quién sabe? En una de esas Cristo decía la verdad y, haciendo lo correcto, podremos resucitar.




Wednesday, July 11, 2018

Cuando la oración no es suficiente

Hace unos días escribí a una amiga de Estados Unidos que estábamos tristes por los sucesos acaecidos en Las Vegas. Un hombre tuvo "una puntada": Le pareció buena idea disparar con armas largas sobre una multitud que había acudido a un evento masivo. Murieron muchos.

Le escribí a mi amiga que mi esposa y yo estábamos tristes y que estábamos en oración. Mi amiga me dijo que la oración no era suficiente, que debía haber un cambio en la política, en el estado, con los líderes...

Discrepo.

La oración es siempre suficiente.

Hace unos días enviamos una cotización para participar en un importante proyecto de capacitación. Una vez hecha, todo estaba concluido. Fuimos a presentar nuestra cotización al cliente y de pronto... Voalá. Nuestro trabajo estaba hecho y sólo nos quedaba orar. Nos contrataron. La oración fue suficiente. Una vez concluida nuestra labor, no teníamos nada que hacer. Si íbamos a ganar, íbamos a ganar, sin importar lo que hiciéramos, ni los errores que cometiéramos. Si íbamos a perder, perderíamos... Sin importar lo que hiciéramos. La oración era suficiente sin importar el resultado. La oración era suficiente si ganábamos, porque hubiéramos ganado. La oración era suficiente si perdíamos porque entonce habríamos sabido que el proyecto no era para nosotros. Y punto.

¿Por qué la oración es siempre suficiente?

Porque nunca sucederá algo que no tenga que suceder. Después de hecho tu trabajo, todo lo demás es un acto de fe. Después de que una mujer está embarazada, el resto es un acto de fe. La mujer no se preocupa si el hijo tendrá un ojo en la espalda. Simplemente ama y espera.

La oración es siempre suficiente porque, pase lo que pase, SIEMPRE ganas. ¿tienes la esperanza de nunca morir? ¿de nunca tener una enfermedad? ¿de nunca perder lo que más amas? Entonces sufrirás. La vida arrancará de ti tus cosas. La vida se llevará a alguno de tus seres queridos. La vida te dará alguna enfermedad, la vida destrozará muchos de tus planes y eventualmente, la vida tomará lo suyo y morirás. La vida hará que el mundo sufra una guerra, que gente muera en un terremoto, y que alguien tenga "la puntada" de disparar contra una multitud.

Si le pides a la vida cambios, probablemente la vida no haga los cambios que esperas. Si agradeces a la vida tal cual es y haces lo que te toca, lo demás es un ganancia, sin importar el resultado. La oración es suficiente porque tu corazón será blando, apreciará las maravillas de la creación, te sentirás dueño de lo que pasa y, de pronto, el sufrimiento desaparecerá.

Amiga Roslyn. Temo decirte que discrepo. La oración es siempre suficiente porque Dios siempre te manda los resultados que necesitas. La oración es siempre suficiente porque no importa el resultado, Dios es fiel a sus promesas. La oración es siempre suficiente porque Dios va a ablandar tu corazón y va a abrir tus ojos a la vida.

Una oración para el asesino de Las Vegas. Una oración para los muertos de las Vegas, para los familiares de los muertos. Una oración para nosotros. Gracias a Dios por el asesino de Las Vegas. Gracias a Dios por los muertos de Las Vegas, porque ellos estarán con su creador y nosotros, nos daremos cuenta de que la vida es valiosa. ¿Un suceso triste? ¡Claro! nunca me alegrará que alguien tenga el corazón tan duro como para matar a decenas. Pero incluso lo triste hay que agradecerlo.





Monday, September 12, 2016

Los Valientes



A veces la creatividad representa cobardía. Valiente el que inventa, sí. Pero no el que inventa cualquier cosa. Deja de ser valiente el que inventa desde el desamor. El que se olvida de sus padres o los odia. Deja de ser valiente el que renuncia. Renuncia a las promesas o al amor. Deja de ser valiente el que reniega. El que se queja. Deja de ser valiente el que, dentro de su discurso de libertad, sigue albergando, gotas de odio. Deja de ser valiente el que sólo critica y el que deja de amar. El que se aparta por temer al conflicto (Cuando apartarse resulta ser una faceta del odio). Es cobarde el que no se enfrenta, el que no dialoga, el que no comprende. Deja de ser valiente el que huye cuando las cosas cambian y no tiene fuerza de cambiarlas o, simplemente, de aceptarlas.

Entonces, hordas de migrantes. Entonces, ríos de extranjeros. Entonces, millones de solitarios. Solitarios que no entienden. Solitarios que no comprenden. Solitarios intolerantes que evangelizan con banderas de tolerancia.

Friday, November 7, 2014

Profundamente triste por los jóvenes de Ayotzinapa

¿En qué película de horror se captura a 43 jóvenes para matarlos... sólo por matarlos?

¿En qué película de espanto se aniquila la esperanza. Sólo por aniquilarla?

¿En qué cuento cruel, gris, obscuro, turbio, desolador, tomas a 43 personas llenas de ilusiones, a 43 inocentes y simplemente, te deshaces de ellos? ¿Para qué? Para mantener tu poder, para continuar con tu delincuencia, para incrementar tu riqueza o simplemente, por puntada.

No. No se necesita echar a volar la imaginación para pensar en un acto como estos. No se necesita. Basta que le eches un ojo a la historia. Y no, no me refiero a la historia antigua como cuando Herodes mandó matar a todos los niños menores de tres años porque en su reino no podían existir dos reyes o cuando Nerón incendió Roma.

No necesitas escuchar las terribles historias de Atila, ni de César o Alejandro Magno o Napoleón quienes sólo querían alimentar su imperio. Ni siquiera debes remontarte a la historia de hace 70 años ni recordar los campos de concentración Nazi o las dos detonaciones sobre Hiroshima y Nagasaki.

Basta que le eches un vistazo a la historia reciente. Eso basta.

¿En qué país puede caber una barbaridad como la de los jóvenes de Ayotzinapa? En el mismo país en donde se suma la crueldad. Donde existe un "pozolero", donde miles de personas se vuelven ricas envenenando con estupefacientes a otras... Donde otras miles están dispuestas a envenenarse a sí mismas con drogas. En un país donde año con año hay miles de muertos a manos del crimen organizado. Donde el secuestro es un modus vivendi, donde se engendran los "Mocha Orejas" y los "Mocha Dedos". Donde no se pagan impuestos, donde 20 personas pueden cerrar una carretera, donde los maestros invierten más tiempo en "sus luchas" que en las aulas, simplemente, porque nunca estamos conformes con nada. En el mismo país donde nadie lee, donde no hay una sola pared sin grafitis y donde todo nos da igual: Nos dan igual los niños que están en la calle y las personas que duermen en la calle. Nos da igual que en la colonia haya una vinatería donde también sabemos que se vende droga. En ese país donde los medios de comunicación ofrecen basura.

No me canso de decirlo: Maldecimos los efectos pero alimentamos las causas. Y no, no todo es culpa del gobierno.

¿Sabes en qué país es probable que pase lo de Ayotzinapa? En el mismo en el que, en vez de enseñar templanza, mesura y autocontrol, se enseña a los jóvenes que, si quieren sexo, tengan sexo, al fin y al cabo se les regalan condones... Y si no tuvieron condones... NO IMPORTA, las madres pueden ir a matar a sus propios hijos dentro de sus vientres.

¿En donde pasan este tipo de crueldades? En el mismo país donde las películas más taquilleras y las series más vistas, son aquéllas que exhaltan las hazañas de los gángsters, de los delincuentes. En el mismo país donde existen periódicos cuyas portadas muestran descabezados, mientras que en las contraportadas aparecen mujeres sin ropa.

¿Cómo esperamos que nuestros jóvenes estén protegidos? En México no hay nadie a salvo. Nadie protegido. Ni los jóvenes, ni los adultos, ni los bebés en el vientre de sus madres.

¿En qué historia de terror puede pasar lo de Ayotzinapa? En esta. En esta que vivimos. En esta que no queremos cambiar.

Wednesday, November 5, 2014

La verdad sobre la friend zone (La zona del amigo)

Recientemente vi un video que habla acerca de "la zona del amigo" (The friend zone). Esta mítica zona en la cual, supuestamente, un hombre ya no puede enamorar a una mujer, simplemente, porque son amigos.

Por experiencia propia y a base de observaciones, debo decirte que esa zona NO existe. Es decir, puedes ser amigo de una mujer y terminar enamorándola.

La zona del amigo sólo aparece cuando un hombre está obsesionado con una mujer y piensa que ella es la última Coca Cola del desierto.

Cuando el hombre ofrece amistad para pedir amor a cambio, si la mujer no se siente atraída al hombre, entonces... NO FUNCIONA.

Grandes amores pueden surgir de una gran amistad. El truco es: SABER VER LAS SEÑALES. El cortejo y la atracción dependen de muchos factores biológicos y psicológicos. Así que, si has pensado que una chava no te pela porque eres su amigo (porque entraste a la friend zone), deberás entender algunas otras cosas.

Cada cabeza es un mapa de recuerdos y de sueños que son difíciles de desentrañar. Puede ser que justo tu ropa le recuerde a un vecino que le caía mal o deteste tu forma de hablar porque tu voz se parece a la de un ladrón que la asaltó o que en su familia siempre se hayan burlado de la gente con cabello rizado (o lacio o pelirrojo o rubio) y que justo por eso no le gustes. Precisamente esto me recuerda a que en una ocasión a una chica no le gustaron mis manos (curiosamente, mi familia y algunas novias, siempre habían chuleado mis manos). Después entendí que el papá de esa chica era mecánico de trenes y su prototipo de manos bonitas eran unas manos toscas y rudas.

Para complementar lo anterior, también debes entender el ámbito biológico. Los estudios más recientes indican que, a través del olfato, solemos elegir a las parejas genéticamente compatibles y... si genéticamente no eres compatible con la chica, créeme, no habrá poder humano que haga que le gustes.

Veo a cientos de chicos que hacen de todo para agradar a la chava que les gusta. Sólo te quiero preguntar algo ¿en verdad te gustaría cambiar tu esencia sólo para agradar a una chica a la que no le agradas naturalmente? Si haces eso, te estarás devaluando. Denigrando. Y ahí sí, si dejas que te usen como tapete, no creo que le gustes a ninguna mujer.

Con lo anterior no quiero decir que no te mejores a ti mismo: Báñate, péinate, sé galante, habla correctamente, ponte loción para oler rico, trabaja muy duro para tener un coche o mejor ropa. Sé la mejor versión de ti mismo. Pero... Aún siendo la mejor versión de ti mismo, puede haber algunos detalles que van a hacer que JAMÁS la atraigas. Y lo peor de todo, es que ni siquiera ella podrá explicar la razón por la que no la atraes, simplemente, no la atraes.

He aprendido cientos de miles de trucos para atraer a una mujer. He leído libros, he ido a seminarios, he escuchado conferencias acerca de la atracción. He visto cómo muchos chicos se desviven pensando que si utilizan tal o cuál estrategia podrán tener en sus brazos a una mujer. Por supuesto, puedes luchar por ser más interesante y entender algunas cosas de la inteligencia social, de la atracción y de las relaciones humanas. Pero insisto, a pesar de eso... Si no atraes a una mujer, simplemente no la atraes, no te preguntes porqué.

Y si es así. Si estás enamorado de una chica que no te pela, a pesar de todos tus cortejos y tus detalles, sólo déjame decirte: NO te preocupes y sobre todo, NO te culpes. Una de las cosas increíbles de la vida humana es que, no importa qué tanto alguien deteste esas características de ti. Por cada chica que existe en el mundo que detesta algo que es inerente a ti (y que no es fundamentalmente malo), existen cientos de chicas que pueden quedar enamoradas de esos detalles: De ese humor simplón o de ese "tierno pesimismo", de esa lonjita o de esos huesos, de esos lentes o de esa barba, de esa calvicie o de ese pelo largo, de esa voz aguardientosa o de la frágil voz tipluda.

Así que, el problema no es que te hagas amigo de una chica que te gusta. El problema es que no le gustes a la chica que le ofreces amistad para pedirle amor a cambio.

¿La solución?

No, no seas amigo de una sola mujer. Sé amigo de todas las que puedas. Sal a bailar, al cine, platica por teléfono, mándales mensajitos por Whatsapp, inscríbete a clases de pintura o de arte o de cine o canta en un coro. Conócelas. Trata a todas como si fueran tu mamá o hermanas, con mucho respeto. Y... cuando pienses que alguien es la indicada, esmérate un poquito pero, sobre todo OBSERVA LAS SEÑALES. Si las señales comienzan a decir alto, alto, alto... No des preferencia especial a esa amiga. Justo eso es lo que rompe el corazón: Estar ilusionado por un amor que nunca llegará.

Las historias del cine romántico en donde la mujer que se resistía era porque realmente estaba perdidamente enamorada del hombre, suelen ser FALSAS (fantasías del director de cine o del escritor de la novela quienes en su soledad, no atinaron a enamorar a esa mujer sino a encerrarse durante meses para escribir un libro o un libreto). Si una mujer se resiste o te ignora sólo es por una razón: NO LE INTERESAS. Y ¿para qué perder meses o años de tu vida obsesionado por una mujer a la que no le interesas? Si no te frenas puedes comenzar a acosarla y eso en verdad es muy desagradable (me han contado).

Sí. Seguramente me dirás que esa chica es especial. Lo sé. Créeme. En mi vida le he dado ese lugar a cientos de chicas. Y cuando pasa el tiempo, me doy cuenta que... Esas chicas no eran tan especiales. Que eran seres humanos comunes y corrientes y que cualquier otra mujer puede ser igual de especial. Lo más importante de esa mujer especial es que termine enamorándose tan locamente de ti, como tú de ella. Que llene todas tus expectativas: Las físicas, las intelectuales, las espirituales y que, por supuesto, tú llenes las de ella. Eso sí que es especial. Las demás, son sólo ilusiones.

Quiero terminar diciéndote algo. No pienses que si eres amigo de una mujer, entonces no podrás tener una relación con ella. Todo lo contrario, creo que la base de una buena relación es una buena amistad. De una amistad puede surgir un gran amor. Simplemente, no esperes nada de una amistad que no da señales de compatibilidad y atracción. Créeme, si sigues este consejo te evitarás muchos desamores. Te lo dice el experto en desamores.